Gran Canaria es un verdadero continente en miniatura, que le seducirá desde el momento de su llegada.
Las cumbres de Gran Canaria conocen la nieve a la perfección, mientras que a solo unos pocos kilómetros de distancia el sol brilla todo el año ininterrumpidamente sobre playas doradas y lagos artificiales, en los que podrá practicar deportes acuáticos, pescar, bañarse o acampar rodeado de naturaleza virgen.
La isla goza de buenas comunicaciones de la cumbre a la costa y desde hace algunos años, se han ido renovando gradualmente sus famosas “carreteras polvorientas”. Los habitantes de la isla las han utilizado durante siglos para desplazarse a pie o a caballo y, en la actualidad, permiten que tanto los visitantes como los lugareños descubran unos mágicos lugares que jamás se revelarán a los ojos de los que viajan en coche.
La capital, Las Palmas de Gran Canaria, le ofrece la posibilidad de bañarse en su Playa de Las Canteras, practicar todo tipo de deportes acuáticos desde vela a esquí, e incluso disfrutar de una amplia selección de delicias gastronómicas y de una intensa Vida nocturna. Por si esto fuera poco, también podrá visitar el Museo Canario (en el que se exhiben los restos arqueológicos de la isla), el Centro Atlántico de Arte Moderno o la Casa de Colón (que perpetúa la memoria del Almirante).
A tan solo unos kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria, hacia el centro de la isla, en la localidad de Tafira, encontrará el primer campo de golf jamás construido en España.
Situada en el corazón de la zona turística del sur de la isla se encuentra la costa de Maspalomas, conocida por sus dunas y sus playas así como por una infinidad de instalaciones de ocio, entre las cuales podemos destacar parques acuáticos, parques con aves exóticas, parques temáticos como el Sioux City, submarinos que le permitirán visitar el fondo del océano, campos de golf, pistas de tenis, squash y mucho, mucho más.
No obstante, cuando explore la isla también encontrará que Gran Canaria ofrece otra cara más tradicional: la magnífica arquitectura de sus ciudades y pueblos, los mercados de fin de semana y las animadas granjas agrícolas.
Esta cara tradicional también hace acto de presencia en todas sus fiestas profanas como los ruidosos carnavales o las celebraciones de carácter religioso, siempre estrechamente ligadas a las tradiciones folclóricas de la isla.
